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martes, 24 de julio de 2012

NO PODEMOS CAMINAR, CON LLUVIA SIN PARAR, Y LLEGAMOS A LA CUNA DE LA SIDRA…


DIA 6 DE JULIO (VIERNESLlanes – Villaviciosa  82 km

NO PODEMOS CAMINAR, CON LLUVIA SIN PARAR, Y LLEGAMOS A LA CUNA DE LA SIDRA

No hace falta que diga que amaneció nublado y que comenzó a llover al poco de salir… Visitamos varias playas desiertas y que hubieran sido mucho más hermosas con sol… luego camino hacia delante pasando por prados, pequeños pueblos hasta Ribadesella, la cual atravesamos sin detenernos demasiado. A la salida subida considerable y el tiempo que mejora un poco. Después se llega a Colunga después de subidas y bajadas, caminos por prados y pequeñas aldeas…

Después enorme subida desde subrayo y descenso vertiginoso hasta Villaviciosa. En el alto esperamos un rato a ver si venía Baena. Allí entablamos amigable conversación con una señora que vivía frente al magnífico hórreo que aparece en las fotos. Nos dio agua y conversación. Nos dijo donde comer en Villaviciosa y acertó plenamente.

Como el Baena no venía seguimos hacia Villaviciosa con un tremendo descenso que termina en la sidrería de sidras el Gaitero. Parada obligatoria, por supuesto. Nos atendieron de gran categoría. Nos regalaron llaveros, pin, fotos de rigor… y botella de sidra. Veníamos cansados, sedientos… y aquella sidra nos supo a gloria. No es la normal de etiqueta verde sino una marrón reserva o algo así. Pero estaba muy fresquita y algo dulce, entraba que no veas… Como solo quedaba un kilómetro pues pudimos beber lo que quisimos… lástima que se terminó la botella… y que no te podías llevar alguna que otra… cualquiera lleva más carga de lo normal.

Buscamos el sitio para comer…CASA MILAGROS. Así, con mayúsculas. Nos recibieron de maravilla, nos metieron las bicis dentro del bar… comimos el menú de 10 € con tres platos, bebida y postre. Una sopa para abrir boca, una fabada de campeonato y ternera asada… más arroz con leche… pa verse matao… Después buscamos una pensión baratita y suculenta siesta antes del paseo vespertino.

Estuvimos por fin en un ciber colgando algunas fotos para los admiradores ansiosos y después buscamos sidrerías. Primero en una, un par de botellas y luego fuimos a un sitio espectacular y que nadie debe perderse: LA BALLERA. De esos sitios con solera, ambiente por todo lo alto, todos parroquianos, ambiente de bar bar, sidra a punta pala, botellas enfiladas en la mesa para saber por donde andas, rodaja de bonito, … de película.












































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